PROYECTAR OTRA ESCUELA

"Proyectar otra escuela es partir de los sueños. De esos sueños que arrastran desde las realidades más burdas a las utopías más sonrientes.Conocer una realidad, como sabemos, no es suficiente para cambiarla. Para eso hay que re-conocerla, auscultarla, hablarla, desmenuzarla,... desearla otra. Según dice Eduardo Galeano, una utopía para lo que sirve es para caminar. Y es ese caminar el que sugiero aquí. Un caminar particular, y colectivo, un caminar copioso, que tenga muchos tropiezos y muchas alegrías.Para algunos de nosotros, la utopía pedagógica ha pasado por soñar una escuela donde tuvieran cabida los afectos, los compañeros, las ganas de saber. Para otros, el sueño está puesto en una escuela de hoy, con su poco de pasado y su poco de futuro, alerta a los cambios, presente, viva. Hay también quienes sueñan una escuela bien pertrechada de cuadros, de árboles, de ordenadores, de música, o de programaciones a todo color.Escuelas diversas, pero seguramente todas ellas muy llenas de vida, porque vienen apadrinadas por el afecto y la ilusión de cada una de las personas que les otorgan un lugar en sus sueños. Todo menos una escuela parada, absurda, caduca, exigente, triste. Todo menos una escuela no-pensante, rutinaria, inmóvil, a la espera de los dictados de los expertos de turno. Porque no basta estarse quieto escuchando pasiva y plácidamente lo que otros nos dicen que tenemos que hacer. Habría más bien que implicarse de lleno, y ponernos en juego, los profesionales del oficio, compartiendo seguridades, o dudas, y tendiendo unos hilos potentes de comunicación activa, innovadora y esperanzada Yo quisiera (y en esto estoy) ir caminando hacia una escuela, otra, que responda mejor al momento que vivimos, que dé paso a los sentimientos y a las ideas de los que estamos enzarzados en ella: niños, maestros, padres... Una escuela que le haga sitio al placer, a las ganas de descubrir, a las palabras, al compartir con los otros esfuerzos, dificultades, y diversión.Quiero encontrar una senda en donde la experiencia, la pedagogía y el deseo de enseñar se reúnan, y permitan brotar otras posibilidades, otras paredes, otros maestros y otros “curriculums” con menos erres, y con más corazón.” Mari Carmen Díez Navarro