Os dejo aquí unas imagenes y una traducción-resumen del texto que he tenido la osadía de hacer (el original está en portugués).
La virtud de esta obra es obligar a tomar conciencia del paso del tiempo. Y hacerlo de una manera poética. No es posible observarla como a un cuadro en un museo, con el catálogo en la mano. Es necesario perder tiempo, esperar. Entonces podremos ver las palabras que van apareciendo, cubriendo el suelo, juntándose y formarando frases que pronto cambian y adquieren nuevos sentidos según va girando el sol. Ocultos en los agujeros de la madera, hay sencillos versos de poemas tradicionales coreanos del siglo XVIII que hablan de la Naturaleza y la vida humana. La lentitud de los mensajes nos ofrece un momento de meditación en nuestras vidas agitadas, un momento de meditación sobre los valores de la Vida.
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