En la pared de una fonda de Madrid, hay un cartel que dice: Prohibido el cante.
En la del aeropuerto de Río de Janeiro, hay un cartel que dice: Prohibido jugar con los carritos porta-valijas.
O sea; todavía hay gente que canta, todavía hay gente que juega.
(Extraído de Las palabras andantes,La Ventana de las prohbiciones de Eduardo Galeano.)
Salgo de mi casa y pronto me encuentro con la primera prohibición: “Prohibido estacionar”. Más adelante “Prohibido circular” un poco más allá “Prohibido tirar basura”.LLego a un parque cercano , y mi perro y yo tenemos que irnos a otra parte: "Prohibido entrar perros", "Prohibido defecar perros". En la cafetería cercana : “Prohibido fumar”, en el supermercado “Prohibido entrar con bolsos”...."prohibido sentarse en el cesped" "prohibido bañarse""prohibido llenar agua",”prohibido entrar comida” ,“prohibido entrar descalzo” ,“prohibido entrar con calzado” “prohibido entrar sin ropa””prohibido hacer ruidos” “prohibido el uso del móvil” “prohibido entrar bebidas” “prohibido bajarse películas” “prohibida la entrada a menores”.......,prohibido,prohibido,prohibido........A veces, soy consciente que vivo una realidad prohibida. Hasta el lema “Prohibido prohibir” lleva explícita la prohibición.
A veces, me siento víctima de un intrusismo moral apabullante.
La vida en sociedad lleva implícitas unas normas cuya función es evitar conductas lesivas o que atenten contra el derecho y la libertad de los indivíduos. Sin embargo, no veo claros los límites entre libertad y derecho , y la determinación ética y moral por parte del Estado.Más allá de otro tipo de intencionalidades, soy capaz de ver el objetivo “paternalista” del Estado, pero me parece , a veces excesivo . Por otra parte los cientos de prohibiciones, explícitas e implícitas, son testimonio de una sociedad que prima los valores autoritarios y punitivos frente a los preventivos y educativos ; de una sociedad donde el egocentrismo, el individualismo y la intolerancia sobrepasan los valores primeros de la convivencia y la cooperación.
A veces, me parece que el aumento de prohibiciones es proporcional al aumento del nivel de bienestar social. Parece como si a medida que fuesemos avanzando también lo hiciera nuestra inseguridad y nuestro miedo.
Soy consciente de que no todos los problemas se solucionan con prevención, con educación, con empatía. Pero tampoco se resuelven con prohibiciones. La realidad y la interacción social son muy complejas, es obvio. Pero un mundo lleno de prohibiciones , a veces absurdas, no ofrece sentimiento de libertad, de seguridad y de colectividad.
Mil dolores pequeños :De la piel pa' dentro mando yo
Escucha una cosa que te voy a decir;
Sólo de la piel pa dentro mando yo.
si no hay nadie en casa, escondido en el armario,
de la piel pa' dentro comienza mi exclusiva jurisdicción,
puedo elegir en un arrebato de alborozo,
puede o no cruzar esa frontera.
Soy un estado mando y soberano sin moneda,
y las lindes de mi piel me resultan más sagradas
que los confines de cualquier país.
El mundo, está lleno de bocas, hambrientas,
de estómagos, repletos,
de uñas con ojos que te clavan la mirada,
y de colonias de hongos,
que no siempre huelen bien.
En la del aeropuerto de Río de Janeiro, hay un cartel que dice: Prohibido jugar con los carritos porta-valijas.
O sea; todavía hay gente que canta, todavía hay gente que juega.
(Extraído de Las palabras andantes,La Ventana de las prohbiciones de Eduardo Galeano.)
Salgo de mi casa y pronto me encuentro con la primera prohibición: “Prohibido estacionar”. Más adelante “Prohibido circular” un poco más allá “Prohibido tirar basura”.LLego a un parque cercano , y mi perro y yo tenemos que irnos a otra parte: "Prohibido entrar perros", "Prohibido defecar perros". En la cafetería cercana : “Prohibido fumar”, en el supermercado “Prohibido entrar con bolsos”...."prohibido sentarse en el cesped" "prohibido bañarse""prohibido llenar agua",”prohibido entrar comida” ,“prohibido entrar descalzo” ,“prohibido entrar con calzado” “prohibido entrar sin ropa””prohibido hacer ruidos” “prohibido el uso del móvil” “prohibido entrar bebidas” “prohibido bajarse películas” “prohibida la entrada a menores”.......,prohibido,prohibido,prohibido........A veces, soy consciente que vivo una realidad prohibida. Hasta el lema “Prohibido prohibir” lleva explícita la prohibición.
A veces, me siento víctima de un intrusismo moral apabullante.
La vida en sociedad lleva implícitas unas normas cuya función es evitar conductas lesivas o que atenten contra el derecho y la libertad de los indivíduos. Sin embargo, no veo claros los límites entre libertad y derecho , y la determinación ética y moral por parte del Estado.Más allá de otro tipo de intencionalidades, soy capaz de ver el objetivo “paternalista” del Estado, pero me parece , a veces excesivo . Por otra parte los cientos de prohibiciones, explícitas e implícitas, son testimonio de una sociedad que prima los valores autoritarios y punitivos frente a los preventivos y educativos ; de una sociedad donde el egocentrismo, el individualismo y la intolerancia sobrepasan los valores primeros de la convivencia y la cooperación.
A veces, me parece que el aumento de prohibiciones es proporcional al aumento del nivel de bienestar social. Parece como si a medida que fuesemos avanzando también lo hiciera nuestra inseguridad y nuestro miedo.
Soy consciente de que no todos los problemas se solucionan con prevención, con educación, con empatía. Pero tampoco se resuelven con prohibiciones. La realidad y la interacción social son muy complejas, es obvio. Pero un mundo lleno de prohibiciones , a veces absurdas, no ofrece sentimiento de libertad, de seguridad y de colectividad.
Mil dolores pequeños :De la piel pa' dentro mando yo
Escucha una cosa que te voy a decir;
Sólo de la piel pa dentro mando yo.
si no hay nadie en casa, escondido en el armario,
de la piel pa' dentro comienza mi exclusiva jurisdicción,
puedo elegir en un arrebato de alborozo,
puede o no cruzar esa frontera.
Soy un estado mando y soberano sin moneda,
y las lindes de mi piel me resultan más sagradas
que los confines de cualquier país.
El mundo, está lleno de bocas, hambrientas,
de estómagos, repletos,
de uñas con ojos que te clavan la mirada,
y de colonias de hongos,
que no siempre huelen bien.
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