En mi pequeño mundo una de mis preocupaciones primordiales en el presente es tratar de entender a mi hijo adolescente. Tratar de mantener una postura tranquila y racional cuando muestra su desprecio por el instituto y la desmotivación por sus estudios. Tratar de convencerle de la aceptación de un sistema en el que no creo, e inculcarle la serenidad para ir aprendiendo formas de cambiar su realidad.
Mi niño se preocupará de cómo va a ocupar su tiempo, qué ropa tendrá lista para hoy, dónde quedará con sus amigos, cómo va a reunir el dinero para comprarse la última PlayStation y quizá cómo acabar más pronto las tareas domésticas asignadas.
Sé que en mi pequeño mundo hay muchos niños sin ningún tipo de privilegio, y muchas veces, sin ningún tipo de derecho ni respeto por su dignidad. A veces, una estrecha sus miras para poder sobrevivir y creer en un mundo más amable, aunque sea ficticio. Pero, a veces, el mundo se te pone delante y da lo mismo el empeño que pongas en apretar los párpados.
Hoy vino a mí la imagen de estos niños .Son unos 160 menores inmigrantes no acompañados están encarcelados en el Centro de Detención de la isla griega Lesbos. Su único delito: Ser inmigrantes e ir a caer en un mundo hipócrita.
La mayoría proceden de Afganistán, Somalia e Irak, viven hacinadas más de 100 personas en una celda de 200 m2, con las letrinas en el interior, con literas de tres y cuatro camas de altura y colchones tirados por el suelo. Hombres y niños desesperados.Algunos niños sólo tienen ocho o nueve años. Cincuenta de ellos llevan más de dos meses presos.
Podéis leer la noticia completa "Niños presos en huelga de hambre en Europa" en la página de Periodismo y Derechos Humanos , en el blog Lápices para la paz y en el blog de la amiga Mercè Un pont de mar blava que me la dió a conocer.
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