Pensando en la Asamblea

"Todo acaba llegando en esta vida, por eso tampoco me sorprendió en exceso escuchar ayer las palabras de presidente del gobierno español que se encuentra representando a nuestro país en la Asamblea de la ONU (¿se acuerdan? Ese lugar donde todos los países eran iguales y se reunían para tratar de asuntos de Estado de manera pacífica y ecuánime).
Decía Rodríguez Zapatero “no debemos preguntarnos ¿qué puede hacer Obama por mí?, la pregunta que debemos hacernos es ¿Qué puedo hacer yo para apoyar al presidente Obama?”. Y es que el subconsciente acaba por traicionar, y algunos acaban declarando del tirón cuáles son sus filias, sus fobias y ideales. Esto, en el caso del español, estaba más o menos claro, pero creo que se excedió por todos los costados.
Recordamos muchos a Piqué, lamentable ministro de Exteriores español de la época del lamentable gobierno de la extrema derecha de Aznar, cuando reunido con el fascista Bush le saludaba con un taconazo e inclinación de cabeza, cosa inadmisible para un jefe de la diplomacia que recibe a otro Jefe de Estado, salvo que lo reconozca como superior suyo y de su país. Pero estaba claro que, en este caso, la intención era esa precisamente.
Por eso, escuchar a Zapatero decir esas palabras, mostró a todo el mundo que bastaba con que alguien le hiciese un poquito de caso, como ocurrió con aquel otro impresentable que formó gobierno en nuestro país, de manera que, una vez le dan un huequito agacha la cabeza y besa el suelo.
Sinceramente, presidente del gobierno, yo no me preguntaré ni una cosa ni la otra y, a partir de ahora, procuraré que tampoco nadie haga extensiva la cuestión a tu persona y a tu cargo, de manera que nadie esté facilitando la labor de los yanquis en el mundo entero, agachando la cabeza y dando el taconazo de rigor.
Otra cosa bien distinta ocurre en Honduras, donde el Presidente de ese Estado, antes democrático, Manuel Zelaya, se encuentra sitiado en la delegación diplomática de Brasil, mientras los golpistas (que ahora todos llaman “gobierno de facto”), apalean y matan al pueblo que exige justicia. El hondureño, que es un Jefe de Estado con todas las de la ley, ha asegurado que no cederá ante los golpistas, pero exige que se deje al pueblo en paz. Por eso, cuando le he escuchado esta mañana en la radio he sentido cierta envidia, porque me he preguntado ¿qué puedo hacer yo para apoyar a Honduras?
Vaya diferencia. "



"El taconazo de Zapatero y la firme decisión de Zelaya", Julio Castro para el periódico La República

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