Ayer me comentaba mi amiga Cris, maestra de Infantil,el ambientillo navideño que lleva en su cuerpito serrano la chiquillería. Ya hace días que llevan entonando el "Campana sobre campana" a ritmos cada vez más vertiginosos, melodía que les acompañará probablemente hasta Junio. Tantas ilusiones, tanto color, tantos brillos, tantos sonidos ...conllevan un desaforado despliegue de energía infantil difícil de sobrellevar para una adulta , por más que se disfrute del privilegio de compartir sonrisas, alegrías y chirivitas en sus ojillos esperanzados.
Recordaba entonces, que el rato de relajación en la alfombra en estas fechas era más contínuo de los habitual. Recuerdo con nostalgia esas pequeñas personitas tumbadas enroscaditas y yo sentada en el cojín cantando con mi voz de cuerva una adaptación de aquella nana que una vez me enseñó mi madre: "Duerme, duerme negrito"
"Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable." (Eduardo Galeano)
1 comentario:
Saps? Aquesta cançó els hi cantava als meu fills a l'hora d'anar a dormir.
Sembla que a la teva mare i a mi ens va tocar al cor en Victor Jara i les seves cançons.
Petons.
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