¡Indignaos!

Unas 32 páginas pueden ser suficientes para movilizar a una generación. Las de Indignez vous!, el libro del veterano de la Resistencia francesa de 93 años Stéphane Hessel, desde luego han generado un fenómeno literario auténtico: el panfleto ha vendido más de un millón de ejemplares y encabeza desde hace tres meses la lista de los libros más vendidos de Francia. El próximo 22 de marzo el texto llegará a las librerías españolas: Ediciones Destino publicará ¡Indignaos!, que incluirá también una reflexión de Jose Luis Sampedro. (El País)

A continuación unos fragmentos del artículo ¡Indignaos¡ de Ignacio Ramonet para e-Línia

 “Deseo que halléis un motivo de indignación. Eso no tiene precio. Porque cuando algo nos indigna, nos convertimos en militantes, nos sentimos comprometidos y entonces nuestra fuerza es irresistible”.

Los motivos de indignación no escasean: “En este mundo, dice Hessel, hay cosas insoportables”. En primerísimo lugar: la naturaleza del sistema económico responsable de la actual crisis devastadora. “La dictadura internacional de los mercados internacionales” constituye además, según él, “una amenaza para la paz y la democracia”. “Nunca, afirma, el poder del dinero fue tan inmenso, tan insolente y tan egoísta, y nunca los fieles servidores de Don Dinero se situaron tan alto en las máximas esferas del Estado”.

En segundo lugar, Hessel denuncia la desigualdad creciente entre los que no tienen casi nada y los que lo poseen todo: “La brecha entre los más pobres y los más ricos jamás ha sido tan profunda; ni tan espoleados el afán de aplastar al prójimo y la avidez por el dinero”. A guisa de enmienda sugiere dos propuestas sencillas: “Que el interés general se imponga sobre los intereses particulares; y que el reparto justo de la riqueza creada por los trabajadores tenga prioridad sobre los egoísmos del poder del dinero”.

Stéphane Hessel ha sabido expresar con palabras, lo que tantos ciudadanos golpeados por la crisis y por las medidas de regresión social sienten en el fondo de sí mismos. Ese sentimiento de que les están arrebatando sus derechos, esos anhelos punzantes de desobedecer, esos deseos de gritar hasta perder el aliento, esas ganas en fin de protestar sin saber cómo.."

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