Mi época era aquella de los 70. Los valores en alza eran estar en contra de todo . El colmo ser independentista, pacifista, feminista....Decir lo que pensabas era un desafío y un privilegio.Tener casi toda la familia en paro , lo habitual y comer plátanos los domingos todo un lujo. Nuestra mayor ambición poder acceder a los estudios, tener formación y mejorar la sociedad. Nuestro vicio: creer que un mundo mejor era posible.
Hoy me encuentro con este vídeo de la generación de los 80.
Y ahora pienso en la generación de los 90 , la de mi hijo, la de los que miran alucinados a las "maru-flautas" y no pueden creer en nada. Qué tristeza.
"Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable." (Eduardo Galeano)
No hay comentarios:
Publicar un comentario