Nit de Sant Joan

Diversos estudios indican que la fiesta de Sant Joan es de origen celta y fue adaptada por la Iglesia como hizo con la mayoría de ritos pre-cristianos. De hecho, se celebra en el momento del nacimiento de San Juan Bautista, en la noche del 23 al 24 de Junio, posiblemente el acontecimiento cristiano cercano al solsticio de verano.

La fiesta del fuego tiene su origen en los ritos de los druidas, los sacerdotes celtas que creían que en el futuro el agua y el fuego dominarían el mundo, y por tanto era imprescindible adorarlos y sacralizarlos.

La noche de Sant Joan y el fuego tienen un carácter de fecundidad. Las brasas y las cenizas de las hogueras debían ser luego extendidas por los campos para favorecer una buena cosecha. Las parejas, y también los animales debían saltar por encima de las llamas para asegurar la descendencia. El fuego también tiene un aspecto purificador ya que aleja del pecado y ayuda a encontrar la paz a las almas, de ahí la tradición de caminar descalzos sobre las brasas. Las llamas también eran un elemento importante de las artes adivinatorias ya que según su luz, color o forma auguran un futuro u otro.

La magia de la Nit de Sant Joan tiene una leyenda casi unánime en todo el mundo. Durante esta noche, las puertas que comunican con el más allá se abren. En esta noche se puede acceder a lugares encantados, y también los seres mágicos pueden hacerse visibles al ojo humano. También el diablo aprovecha para pasearse por nuestro mundo. Las plantas venenosas pierden sus propiedades perjudiciales y las curativas multiplican sus virtudes. El rocío de esta noche cura enfermedades y aporta juventud y belleza a toda persona que se empape en él.

(Texto: Resumen, adaptación y traducción del dossier Sant Joan en http://lafura.cat/
Imagen del blog Macroiris)