Homo homini lupus


A algunas personas se les llena la boca de solidaridad cuando ven el habitual reportaje de las pateras, se les llena el alma de reivindicación de igualdad cuando les llegan las noticias de maltratos, enarbolan banderas de tolerancia, pluralidad, derechos y respetos múltiples antes las grandes barbaries, desgraciados acontecimientos de alcance mediático o tragedias varias.

Pero, a algunas de esas mismas personas se les olvidó que los grandes valores universales también se escriben con minúsculas: con las letras pequeñas de las rutinas cotidianas. Se les olvidó que escuchar a un interlocutor directo es respeto, que intentar entender las motivaciones de una compañera es parte de la tolerancia, que valorar un pensamiento divergente puede ser convivir en pluralidad, que debatir de forma crítica y positiva puede ser pacifismo….

Hay ocasiones en que la convivencia con ciertos tipos de personas me evoca la imagen de una manada de lobos feroces. No en la versión del animal enigmático, majestuoso y mágico, sino en la de ser predador, salvaje, sangriento y carroñero. Es el mito del lobo como encarnación del mal, metáfora, quizá, de cierta parte de la conciencia humana.

Es entonces cuando recuerdo aquella frase de “El hombre es un lobo para el hombre”. Lobos feroces que opinan sin conocer y sin medir las consecuencias de sus palabras, lobas feroces que critican sin detenerse a analizar , que despedazan a su presa sin ton ni son, lobos sanguinarios que polemizan por puro morbo…….. Y es entonces cuando me abruma una convincente visión fatalista de la condición humana.

Se me hace necesario parar, respirar y mirar un poco más allá…

Seré capaz después de pensar que también es condición humana escuchar con respeto, opinar , polemizar, criticar con criterio y con objetivos de aprendizaje, mejora y crecimiento……
Entonces, recordaré el día que aprendí que aquella frase estaba incompleta y que la original decía algo así como “El hombre es lobo para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro”. Podré ser entonces más optimista y pensar que tan sólo es necesario poder conocernos más. Pero, tampoco soy un alma cándida (qué más quisiera) y sé que “poder , no siempre es querer” (no, no me he equivocado de orden al escribirlo).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Suele darse este tipo de actuaciones miseras en personas con una vida poco satisfecha en general y poco a gusto con ellos mismos. El tender a divagar juzgando sin tener toda la información respecto a algo, o gratuitamente señalar sin tener en cuenta el daño que se puede hacer, es evidente mal de tontos y de vacios muchos en su vida
El lobo es un animal ejemplar y bellísimo es mucho creo yo compararlo con determinado tipo de personas..
Hay que ver como sufren estas cuando las cosas no van a mal fin por su culpa, démonos por satisfechos con ello.Y es que LA MALDAD NO SIEMPRE GANA