Vampiros emocionales




Están entre nosotros. No hará falta llegar hasta legendarios castillos de Transilvania o viajar a inhóspitos bosques centroeuropeos desdibujados por nieblas eternas…. La verdad está ahí afuera…quizá ahí adentro….

Basta con fijarse un poco para reconocerles, para descubrir sus perversas intenciones….no te chuparán la sangre, pero acabarán con tu energía. Son los vampiros emocionales.

Dejando el tono de broma aparte, sí que es cierto que todas y todos podemos reconocer este tipo de especímenes a nuestro alrededor. Yo diría que, en ocasiones, incluso podemos convertirnos en uno de ellos de forma inconsciente.Y quizá ese juego inconsciente sea el arma secreta más destructiva.

Hay gente que es “tóxica” de forma evidente. Ésta se muestra desagradable socialmente, se dedica abiertamente a minar la autoestima del prójimo, le corroe la envidia, ni siquiera recurre ya al sarcasmo para atacar…. Luego están “los vampiros emocionales”. Estos suelen ser gente encantadora en apariencia, con aptitudes en uno u otro ámbito, asequibles socialmente……

Después del encuentro con ciertas personas una acaba tensa, molesta, agotada, se queda con una profunda sensación de falta de energía, la simple evocación de su imagen genera un cansancio tremendo, su conversación te deja con el cerebro entumecido y el corazón descompasado.
Los expertos dicen que hay varios tipos de vampiros emocionales absorben energía de quienes los rodean dejando a sus víctimas emocionalmente vacías.

-EL LLORICA: Está todo el tiempo quejándose de sus problemas y desgracias (que suelen ser siempre los mismos), el mundo entero parece estar en su contra. Cada sugerencia bienintencionada que hagas es descartada con múltiples argumentos

-EL REY DEL MELODRAMA: Cualquier nimiedad en su vida puede convertirse en un melodrama. Cualquier experiencia cotidiana pude ser generador de un cóctel de intensas emociones (un olvido puede ser signo de alzheimer, un saludo sonriente de un desconocido es el presagio de un gran amor…).Esta categoría incluye también a “los catastróficos”.La vida para ellos es un peligro constante, un presagio de enfermedad, muerte, desgracia y catástrofe.

-EL MONOLOGUISTA: Cualquier pequeño detalle en su vida diaria puede ser motivo de una gran historia, de un eterno monólogo, una extensa narración. Son incapaces de escuchar a los demás a los que usan como meros espectadores de sus soliloquios.

-EL ADICTO A LA YUGULAR: Boicoteará cualquier éxito, interés, aventura o deseo que expreses. Lo que ellos sienten siempre es más grande, sus experiencias más intensas o sus desgracias peores. Tienden a echar por tierra cualquier aspiración o plan de los demás, a todo le encuentran los defectos o lo parte más negativa.

-EL BELICOSO: Estallan por cualquier cosa. Para estar con ellos siempre hay que andar con pies de plomo.

-EL INDEFENSO: Necesita que hables constantemente por él, , le defiendas, le apoyes, le protejas... y ellos…tranquilos y felices, porque no tienen que hacerse responsables por sí mismos.

Es imprescindible aprender a neutralizar a este tipo de vampiros pues su perversa acción puede pasar desapercibida, ya que actúan sin grandes estridencias y en la cotidianeidad más absoluta.Con el tiempo, comienza a sentirse agotado, enfermo e, incluso, físicamente extenuado en su compañía. Cuando llegas a ser consciente incluso el impacto biológico comienza a ser nefasto afectando desde el corazón hasta el sistema inmunológico.

Para estos vampíros no son antídotos las ristras de ajos, cruces latinas o estacas varias.

...Y quien esté libre de culpa....
que se mire los colmillos


1 comentario:

Anónimo dijo...

Por dios y pensar que he estado rodeada de vampiros esta última semana! Les acertaba a ver destellos de algún tipo de ansiedad que estresaba y entorpecía nuestro trabajo, pero ahora reconozco gracias a leer este texto, a la vampira llorica y sobre todo a la reina del melodrama...
menos mal que volaron a sus lúgubres cuevas.. pero tened cuidado!! seguro que buscarán alguna otra alma a la que cargar con sus problemas.

Cuidaros en salud!