Hibakusha

En estas fechas se conmemora el aniversario de la detonación de las bombas nucleares sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, ordenadas por el entonces presidente de EEUU Truman. Era el 6 y 9 de Agosto de 1945. Más de 200.00 mil personas murieron casi de inmediato. Muchas perecieron víctimas de cáncer y enfermedades genéticas consecuencioa de la radiación.Hoy en día hay más de 270.000 supervivientes o “hibakusha” que aún sufren consecuencias.

Este año algunos hibakusha hicieron un recorrido por diversos puertos del mundo dejando testimonio de la crueldad humana, del fracaso y del horror. Su objetivo primordial fue, sin embargo, lanzar mensajes de paz y esperanza.

Desde aquí quiero expresar mi recuerdo por esos supervivientes, por los miles que fallecieron y una reflexión por el futuro de los nuestros.

Me han parecido interesantes los artículos: Reflexiones sobre Hiroshima y Nagasaki en nuestro mundo e Hirosihma, el horror que no nos quisieron enseñar del blog Fogonazos


Os copio un fragmento del testimonio de un hibakusha, Takashi Morita, publicado en BBC Mundo. En el enlace podréis encontrar otras experiencias , todas ellas desgarradoras. A veces, es necesario ir más allá de las estadísticas y los números.


"Y empecé a ver que la gente venía cargando muchos trapos o ropa colgada del brazo o de la mano. Caminaban como si arrastraran el paso. Cuando llegaron cerca, vi que lo que estaban cargando era su propia piel que se había soltado del cuerpo. La piel había caído como un trapo y estaba prendida sólo de las uñas. Arrastraban su propia piel, mientras gemían “¡Quiero agua, agua!”

Al principio me asusté mucho, pero después eran tantos, tantos que venían así, que empecé a perder noción de las cosas. Pasé por muchos lugares, tuve muchos encuentros.

El seis de agosto, todas las escuelas de Hiroshima estaban participando con sus alumnos en un “día de limpieza” de la ciudad. Por ello había muchos niños y adolescentes en las calles de la zona del epicentro. La mayoría murieron, ni siquiera se logró hallar sus cuerpos.

En aquella época, la ciudad de Hiroshima era un delta, tenía siete ríos que corrían por la ciudad. Todos los ríos estaban repletos de niños y adultos con quemaduras que se tiraban al agua porque las heridas ardían. Muchos cuerpos, vivos y muertos, fueron arrastrados.

Me acuerdo de los niños que al principio gritaban y luego sólo lloraban, y todos gemían por agua. Pero los soldados nos decían que no podíamos darles agua, porque si una persona tiene quemaduras graves y se le da agua, puede morir. Muchos soldados lamentaron después no haber dado agua a los heridos, porque iban a morir de todas formas, pero cumplían órdenes.
Tengo muchos, muchos recuerdos, pero al mismo tiempo, a veces no quiero recordar.

Pasé la noche en unas ruinas que todavía seguían en pie, había tantos heridos alrededor... De mañana, cuando me despertaba, encontraba a muchos muertos. Y como era verano, había muchas moscas e incluso aquellos que estaban vivos estaban llenos de larvas.
No había remedios. Así que los enfermeros les pasaban aceite de cocina y hasta eso se acabó, así que lo único que podíamos hacer era recoger cadáveres, apilarlos donde se pudiera y quemarlos.
Después de dos días comenzaron a entrar a la ciudad muchas personas de otros lugares para buscar familiares y de estas personas también muchas murieron porque la contaminación era tan grande. Se considera sobrevivientes de bomba atómica a las personas que estaban en Hiroshima o que entraron a la ciudad dentro de las dos primeras semanas después de la bomba, porque recibieron mucha radiación.

Recuerdo que cuando iba por la ciudad después de la bomba, ni siquiera prestaba atención a mis quemaduras, pero una señora me dijo: "¡Soldado! Ven aquí que estás muy herido". Ella partió un tipo de zapallo y me pasó el líquido de la planta en las heridas. Me alivió bastante. Fue allí cuando caí en la cuenta de que estaba herido, porque veía tantas personas quemadas, que para mí lo mío no era nada.

El día 9 me interné en un hospital improvisado en una ciudad próxima; era una escuela transformada y allí me encontró mi familia. "

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