Hoy comenzaban las clases para los escolares de Infantil y Primaria. Me cuentan, que con la paranoia de la próxima epidemia de gripe en una guardería los familiares de los niños y las niñas tenían que entrar equipados poco menos que como para ir a una Unidad de Cuidados Intensivos.
Recuerdo que, no hace mucho, en mis días de maestra de Infantil, para inaugurar el curso una de las primeras actividades era el abrazo colectivo, algo que todas y todos acogíamos entre divertidos y emocionados. Imprescindible, por supuesto, los primeros días (y cuantos hiciese falta a cada uno/a) que la mamá, el papá o la abuela de turno pudiese entrar en el aula, permanecer abrazados todo el rato que hiciese falta...y que la maestra o el maestro en esos momentos fuera una mano amiga , un abrazo siempre dispuesto, unas rodillas en las que auparse...
Me pregunto que será hoy de muchos niños y niñas de las guarderías para quienes lo afectivo está todavía tan unido al contacto corporal....
Supongo que se les habrá ocurrido compensarles con ambientes, colores, sonidos, y lindas historias.
Para ellos y ellas hoy esta sencilla nana (cançò de bressol): Mareta
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