Dinero, dinero.

Conversando ayer con una buena amiga acabamos quejándonos (supongo que ya por rutina) del alto coste de la vida, de la falta de dinero, de la crisis económica. Supongo que también por rutina, dimos la vuelta a la conversación a los pocos minutos: Reconocemos el vicio de la queja y valoramos los propios privilegios.

Que conste que nada tiene que ver la actitud con un cómodo conformismo, pero una no está todos los días para reivindicaciones , ni está capacitada para todas las luchas.
Por la tarde , de paseo por la red, me encontré con una página peculiar. Es anecdótico, pero curioso. Introduciendo un dato muy sencillo te situan en la escala de riqueza mundial. Y sorpresa (o no tanta): ¡¡¡Una jubileta como yo está entre el 12% de las personas más ricas del mundo mundial¡¡¡¡ (Imaginaros cómo estará el 88% restante...¡¡¡qué barbaridad¡¡¡). Cifras exactas o no...da que pensar...

Pasad por allí y luego si os parece os quejáis.





Vía: A Desgana

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