Ciclos, ciclos, ciclos.

Será mi naturaleza lábil, mi condición ciclotímica o mi periodo premenopáusico, pero hay días en que por más que me empeñe sólo consigo percibir gentes con un notable grado de imbecilidad, una supina ineficacia y una estupidez suprema. Gentes absurdas y/o frívolas, cuando no revolucionarios de “silla”, “culturetas” o sectarios pseudomísticos de la “peña del yogur”.Quizá tanta decadencia no sea sólo un espejismo, quizá a veces es necesaria cierta caída de la civilización para hacer una limpieza de fondo y renovar energías.

Quizá la realidad es más lábil que yo...

No hay comentarios: