La Tomatina de Buñol





Esta semana se ha celebrado la fiesta de la Tomatina en Buñol, la localidad donde he estado trabajando casi 20 años.Resulta curioso el contraste de la intensa afición de esta población por la música, con dos bandas de extraordinaria calidad, y el carácter totalmente opuesto de esta fiesta. Por una parte control, orden, armonía, arte. Por otro instinto, desenfreno, adrenalina. Contraste y complemento probablemente.


Esta curiosa fiesta cuyo único objetivo es lanzarse tomates tiene su origen a mediados del siglo XX con un comienzo anecdótico y casual. Incomprensiblemente lo que sólo es una actividad liberadora y divertida es considerada fiesta de interés turístico internacional. Somos así de paradójicos, supongo. Al menos me consuela pensar que el gentío no disfruta de la crueldad hacia los animales.

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