La sociedad de la información y la
globalización posibilita más que nunca la acción del voluntariado.
El conocimiento de las necesidades sociales, económicas,
asistenciales, ambientales está al alcance de cualquiera. Las
posibilidades de acción son más amplias y muchas de ellas ni
siquiera precisan de mucho tiempo, ni mucho esfuerzo, ni demasiada
implicación.
El amplio abanico de oportunidades en
los ámbitos más diversos y la facilidad de acceso y participación
posibilita que muchas personas se decidan a implicarse en la tarea de
mejorar alguna parcela de nuestro pequeño mundo.
Algunas personas se apuntan al
voluntariado porque tiene buena prensa y es una forma de
reconocimiento social y ético. Otras buscan un entorno para las
relaciones sociales que les resultan difíciles de otro modo. Para
algunas personas es una mera terapia psicológica personal o algún
tipo de alivio de conciencia. Y las hay quienes sencillamente se
aburren.
Como todas las modas, esta concepción
del voluntariado es superficial y pasajera, aunque no esté exenta de
buenas intenciones. Así, prolifera el concepto de que lo voluntario
como una acción por la que se merecen medallas y reconocimiento; una
labor que hago cuando quiero y me venga bien cuando no tenga otra
cosa que hacer etc.
Para este voluntariado de moda su
objetivo profundo y real de acción no va mucho más allá de su
propia persona. Olvidan las necesidades auténticas de una acción
solidaria y la confunden con la eventual caridad.
El voluntariado solidario es algo más. Significa transformar la compasión en compromiso. El compromiso
implica seriedad, continuidad , formación y esfuerzo...pero eso, no
es tan divertido, no proporciona medallas y ...no está de moda.
1 comentario:
Lo has clavao en lo de moda,pero menos mal que seguimos existiendo algunos que lo seremos siempre de una forma u otra y jamás lo diremos.
La modas buffff,huelen fatal.
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